top of page

Volverás

  • Alejandro Benítez
  • 19 feb 2018
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 12 feb 2021


Y mientras tanto, te escribo desde tu habitación, tal y como la dejaste, tal y como te la vas a encontrar cuando vuelvas. A pesar de que ahora todo sea diferente, a pesar de que estas cuatro paredes reciban mil visitas a diario. Aunque sólo entremos en ella para intentar hablar contigo, junto a tu cama, tus peluches, tu televisor. Sin duda, a todos nos parece más grande ahora que no estás. Todo parece más grande ahora que ya no estás.

Y es que nos da la sensación de haber perdido el tiempo, de haber perdido el tiempo sin ti y desgraciadamente sin saber si algún día habrá otra nueva oportunidad. En casa falta tu sonrisa, tu ruido, tus gritos, tú.

Aún hay personas que pasan por tu puerta y no se atreven ni a mirar. Mamá sigue hablando de ti cada instante con esperanza. Ella sigue haciendo tu plato favorito todos los domingos y te aseguro que sigue preocupada por saber si comes y duermes bien. Mira tus fotos una y otra vez, apostaría que ya las conoce de memoria, sin embargo de vez en cuando encuentra algún detalle diferente con el que intenta arrancarse una sonrisa. No te haces a la idea lo mucho que se te echa de menos. Papá enseña tu foto por todos los lados, sé que le vas a matar, yo también sé que tienes muchas mejores. De las vacaciones en la nieve, de este último verano, esa que te hice en el puerto, qué más da. Mientras tanto, parece como si el paso del tiempo se hubiera acelerado y hubiera cogido velocidad. Como si todo fuera más rápido de lo habitual, más frío, más vacío. Y mientras tanto aquí estoy, gastándolo en algo tan improductivo como el echar la vista atrás, echando de menos el tiempo perdido. Echando de menos el tiempo sin ti.

Y sí, había que decirlo, echo de menos tus abrazos, tus ‘buenas tardes’ al llegar de clase y seamos sinceros, echo de menos e incluso pelearme contigo. Poder reprocharte cualquier cosa absurda, gritarte desde la otra punta de la casa, echarte las culpas delante de mamá, yo qué sé. Es que ahora quiero decirte te quiero sin temor de lo que puedan pensar de mí, allá donde estés. Porque hoy te escribo desde tu habitación, esa tan idéntica y a la vez tan diferente ahora que ya no estás. Es que hoy quiero decir las cosas como las sienta, decir alto, muy alto lo que siento cuando lo sienta, esté al lado de quien esté al lado, sea quien sea el que esté leyendo estas lineas.

Te escribo desde tu habitación sin estar muy seguro de lo que hago, frente a tu ordenador, tus libros. Y es que todo parece mucho más grande, tan grande como una conversación sanadora en un preciso momento delicado. Tanto como un silencio de esos fuera de tiempo, un silencio de esos que pueden acabar de condenarte. Todo parece mucho más grande ahora que ya no estás. Callarse cada vez es más difícil y negarse a ver la realidad puede ayudarte a encontrar aquel tesoro que llamamos ilusión.

Porque hoy, como ya te dije, te escribo desde tu habitación. Junto a tus cosas, tal y como lo dejaste y te aseguro que tal y como te la encontrarás cuando vuelvas.

Porque volverás, ¿verdad?

En recuerdo de Marta del Castillo Casanueva, Diana Quer y todas aquellas mujeres desgraciadamente desaparecidas a manos de cobardes.


 
 
 

コメント


Posts Destacados
Vuelve pronto
Una vez que se publiquen entradas, las verás aquí.
Posts Recientes
Búsqueda por Tags
Conéctate
  • Google+ Long Shadow
  • Facebook Long Shadow
  • LinkedIn Long Shadow
  • Twitter Long Shadow

NNGG FUENLABRADA

¡Tus datos se enviaron con éxito!

bottom of page